Cómo construir un emprendimiento, sin perder las fuerza en el camino.

Cómo construir un emprendimiento, sin perder las fuerza en el camino.

Emprender es tener la iniciativa de llevar a la práctica una idea de negocio; es decir, crear un proyecto y llevar a cabo la producción del bien o prestación del servicio, sin que esto quede en una mera intención.

Todo emprendimiento germina desde una idea. Esta no es más que el reflejo y desarrollo de la imaginación del emprendedor, la cual busca ser puesta en marcha en la realidad.

Sin embargo, no basta la sola idea para poder emprender, pues amerita una metodología clara, precisa y detallada a llevarse a cabo para conseguir el fin que se desea. 

¿Por qué es importante tener un plan? Porque la consecución de la idea de negocio implica un riesgo de capital y recursos importantes que hay que preservar.

Es importante saber que una idea, por más maravillosa que sea, aún no es un negocio; y tener los fondos suficientes y las ganas por emprender no aseguran que tengamos un gran emprendimiento. Por ello, es necesario calcular nuestras acciones.

Son muchas las personas que se ven obligadas a arrancar emprendimientos por necesidad, como así también existe un significativo número que no se anima a emprender por miedo al riesgo que conlleva.

No todos los emprendimientos son exitosos, pero fracasa el 100% de los que nunca se inician. Por eso, siempre es mejor haber intentado que no haberlo hecho. 

Ahora bien, para empezar a construir tu emprendimiento, puedes ayudarte de estas fases fundamentales:

Definir la idea. 

Lo primero es delimitar la idea con la que vamos a cubrir una necesidad del mercado. Aquí la innovación es la clave. ¿Cuál es tu propuesta de valor? ¿Cuál es tu ventaja competitiva? Debemos ofrecer algo diferenciador o entrar en un nicho de mercado nuevo.

Analizar la viabilidad.

Con un buen plan de viabilidad puedes saber si tu negocio llegará más lejos. Será necesario que estudies a tu público y a la competencia, saber qué productos sustitutivos existen, definir nuestro público objetivo con precisión y detalle, así como estimar costes y ventas.

Elaborar un plan de negocios

En esta hoja de ruta se plasma todo lo necesario para arrancar el proyecto. Debes incluir las conclusiones del plan de viabilidad, las necesidades de inversión, el plan de como promoverás el producto/servicio, etc. 

Ahora que ya sabes cuáles son los primeros pasos, queremos compartirte algunas de las claves para mantener tu emprendimiento con fuerzas.

La motivación.

Tu negocio debe motivarte, pero la motivación no debe venir generada por el dinero, esa motivación no será suficiente, ante la primera caída te frustrarás. Debes descubrir qué te motiva a seguir luchando cada día por tu negocio.

Si tu idea de negocio se fundamenta en algo más valioso que el dinero, ten la plena confianza en que sin importar cuantos tropiezos tengas siempre estará ahí ese motivo para darte una razón que te haga poner en pie y continuar.

Dirige los ingresos.

Es muy probable que al inicio los resultados no vengan de inmediato. Debes crear estrategias que te permitan mantenerte con suficientes ganancias y que al mismo tiempo sigas invirtiendo en lo necesario para tu crecimiento.

Ordenar tus finanzas hará que todas tus acciones se transformen en grandes resultados en el mediano y largo plazo.

Mantén el enfoque.

Una vez fijadas las bases y las metas de tu negocio es preciso que no cambies o combines estrategias sin antes haber reenfocado y sentado los nuevos objetivos del negocio.

Si combinas estrategias o cambias de ideas frecuentemente te resultará más complicado potenciar el rumbo de tu proyecto.

Escucha a tus clientes.

Los clientes son la base fundamental de tu negocio si no sabes sus necesidades descúbrelas y encárgate de satisfacerlas. A mayor cantidad de clientes satisfechos, mayor crecimiento.

Organización.

Si inicias un negocio debes tener en cuenta que tú harás el trabajo de varias personas: administrador, financiero, publicista, etc. Si no llevas un orden en cada una de las acciones que ejecutas, puedes ocasionar tropiezos en el crecimiento de tu negocio.

Acción.

Siempre hay obstáculos por superar, mejores proyectos, mejores momentos pero lo que importa a la hora de emprender un negocio es si tú estás preparado. Lo que hace diferente a los emprendedores con éxito es que dieron el primer paso y se lanzaron a la acción.

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